Soy Zulo. Hoy toca lunes incendiario. Y lo siento, pero a pesar de habérmelo pasado de madre en Vitoria voy a dejar un par de cosas claras y que cada uno haga autocrítica para evitar más rascadas de huevos. No se volverá a repetir... al menos hasta cuando se me pase por la cabeza volver a Vitoria, lo que vistas las cosas va a pasar muy tarde.
Bien que llego a casa con planes en la cabeza y si al final no salen me puedan defraudar un poco. Pero si no salen porque hay una croqueta colectiva, por ahí no paso. Yendo al grano, hemos pasado el finde entre Pollo, Collantes y yo. Al llegar allí el jueves me dicen en casa de Edu que este finde no viene, cuando fue él quien me mete en canción lo de ir a Vitoria, ya que yo no pensaba volver hasta Navidad. Me cuenta la historia de lo que dijo a sus padres de su rotura, y venir implica que le pillen. No entiendo muy bien por qué no lo puede arreglar, pero él sabe cómo reaccionan en su casa, no yo, así que aunque me joda, me aguanto. Al fin y al cabo, se le veía jodido. Resulta que me había avisado por sms... mandándolo a mi trabajo.
Por su parte Dioni me dice que no sabía que íbamos, bueno, que sí, que ya había sacado el billete a Zaragoza cuando se enteró, el caso es que se va el viernes, pero ese mismo jueves quedamos a tomar algo (él lo porpone). Por la noche, sólo aparece Pollo y dice que de repente era el cumple del primo de Dioni y que si eso "ya nos llamaría". Zigor viene después de su partido, ya somos tres. Llamo a Dioni (22h) y después de 15 tonos, cuelgo. Zigor tiene ganas de marcha, y por eso, si llega a saber que no era día de salir (se salía el miércoles, no el jueves, qué le puedo hacer yo) no hubiera salido. Buena frasecita. Mi sincero agradecimiento a ambos (el finde lo pasó en Pamplona, aunque al menos lo vi un momento y pasamos un buen rato, y me hizo un favor con otro amigo). Espero que Dioni no piense que le doy más caña a él que a nadie, porque nadie me lía ninguna tan mala, que joda tanto, como él. Obvio que no lo vi más. Ni un mísero sms de excusa, cuando al mediodía no parecía existir cumple ninguno de su primo. Hale, feliz año nuevo.
A partir de ahí ya sabíamos el plan. Collantes vino el viernes y desde entonces estuvimos todo el finde los tres. La verdad, aproveché bastante. Tengo bastante aprendido que uno no puede esperar mucho del resto si quiere hacer cosas y no quedarse en casa. Me fui al cine dos días con mi madre, jugue a squash con mi hermano y luego me fui a correr, vi una exposición con él, vi el partido de mi otro hermano, vi un conciertillo de tango cantado con Pollo y Zigor, subí al San Donato con Pampli y Pollo en un día cojonudo -vaya vistas y qué bueno el bokata, sólo sobró un poco de caminata al bajar por otro sitio-, estiramos luego en el Estadio, salimos jueves y viernes hasta las 2h y el sábado hasta el cierre, y el domingo noche Pollo y Collantes me acompañaron al autobús (gracias, que no os las di, por esto y por el finde). Tenía que apañármelas para aprovechar los 61 euros del viaje, mal que estuviera la cosa.
Me pregunto para qué está el puto blog. Me pregunto cómo los que escriben dos o tres veces por semana, de pronto no entran en un mes, o dicen que no entran. Y más en víspera de un puente. ¿Me lo creo? Últimamente el blog sale más como excusa para explicar las cosas -es que no lo he leído... No habraría si alguno no tuviéramos internet. ¿Es mi culpa y tengo que llamar a todos? Porque llamé a cuatro personas, pero no puedo llamar a todos. Si os vais a ir un puente, ¿tanto cuesta avisarlo en la página? ¿No puede ser que los que estamos lejos hayamos pensado en volver, es muy extraño? ¿No se puede ser más transparente, menos críptico? ¿Decir lo que realmente me pasa, no lo primero que se me ocurre? Perdonadme por poner aquí la falta de cada uno, pero entre nosotros ya estaban habladas, y de todas formas, como no nos vemos, no hay otra forma de hablarlo. Y no me quiero callar porque otra vez no me hacéis lo mismo, ni espero que a otro pobre inocente. Tampoco me lo tomo como nada personal, pero ya veo lo mucho que nos importamos unos a otros. En vez de afros, igual nos pinta más llamarnos los Croquetas.