Uno que vuela,
qué pacha fistrolaris, cómo vuela el tiempo eh, parece que fue ayer que éramos campeones de Copa. Una gran pena. Pero una magnífica experiencia.
Málaga estaba tomada. éramos los que más ruido hacíamos, porque éramos los que más grada ocupábamos y encima la txaranga ponía patas arriba el pabellón. Qué distinto es en el fútbol, definitivamente, Vitoria es una ciudad de básket. Creo que los de málaga se quedaron flipados. En la otra esquina del mismo lateral estaba la marea amarilla, los canarios también la armaban mucho, nos intercambiábamos 'aupas' y 'pío-píos' unos a otros, desde el primer día, mientras Akasvayu y Barça se animaban mutuamente, aunque todo acababa, fuera como fuere, en un Madridista el que no bote coreado por todo el pabellón. Algún malagueño pitaba, y los canarios se abstenían o lo cantaban tímidamente. Tras la eliminación, nos quedamos 20 minutos en la grada, ya no quedaba ni cristo y los focos estaban apagados, cuatro seguratas medio a tientas en la cancha y los empleados quitando enchufes, mientras el del videomarcador seguía sacando imágenes en directo de nuestra esquina. Por irse, se fueron hasta los amargos del Madrid, que habían ganado.
Sólo quedaba la tele y cuatro gatos que flipaban, mientras el repertorio de la txaranga nos agechaba a todos, nos levantaba de golpe... Hacíamos gusanos por las gradas y nos aplaudíamos, hasta que al rato salió Teletovic a dar una camiseta a alguno. Al rato, mucho rato, terminamos frente al bus del Tau cantando a cada uno de los jugadores, de traca, porque aunque estaban hechos mierda y llorosos casi todos, no les quedaba otra que sonreír y saludar, entonces la gente se volvía loca y les gritaba más todavía. el domingo fue, pese a todo, de risa. Cuando al presentar uno a uno al Madrid en la final, toda la grada del Tau se dio la vuelta, le partido preometía. No iba a ser como verlo por la tele, y de hecho terminamos con dolor de barriga de tantas dedicatorias a los merengues. Ellos... ellos sí que se fueron jodidos. Por la calle, ni tan mal con ellos, con los pocos que había, porque parecía que mutaban en los hoteles hasta llegar la hora del partido, mientras la muralla, el castillo de Gibralfaro, la calle Larios -la principal-, allá donde fueras era un ir y venir de camisetas de Scola y demás, y por algunas calles, de pronto, de nuevo la txaranga.
Hasta aquí la crónica general de la Copa. En lo personal, el viernes estábamos destrozados y mi hermano y yo nos quedamos en el apartamento, un duodécimo piso frente al paseo, la Alcazaba y el puerto de Málaga, vamos, como reyes. el sábado la montamos un poco, lo poco que nos dejaron... porque Unai la montó toda él solo. sí, salimos con Ander, Ronchi, Mata, Judas y Remi, que se vinieron en caravana alquilada. Unai no se acuerda que le hizo dos calvos a la camarera del único bar casi vacío donde nos dejaron entrar, y se piró corriendo en forma de S y pegando ostias a todo lo que pillaba. Málaga es pijísima para salir, y tras dar vueltas y vueltas, sólo pudimos entrar... en un macropub jebitrón donde íban los de negro y donde a la postre acabamos todos los que veníamos del báket con los colores de su equipo. la gente se pasa las noches en el macrobotellón del paseo del puerto... y luego haciendo colas. En cada calle había dos colas. De locos.
aparete de éstos, por los bares o la calle nos encontramos al Celedón verdadero, a los políticos de siempre, a Pepu, a Dueñas, a Vecina, ¡a Chucky!, luego a Tobi, o una polla gigante de plástico tras la cual no iban los huevos, sino Vidondo... y Ander y éstos veron a Ruper, Ramajo y cía, yo no los encontré.
En fin. Que al final, con la victoria del barça se pasó el mal trago y queda un recuerdo de lo mehó de lo mehó. También conocí a parte de la familia malagueña, hay unos zulaicas por allí, primos 2os. Un canijo de 9 años que es base y se parece a Calimero, se llama y se apellida como mi hermano M. y ese día había metido con los alevines de su cole... 41 puntos de 51. Obviamente, el Unicaja ya anda detrás.
el año que viene, la Copa es en el Buesa. Pero en 2009 estaré otra vez viajando, engancha que no veas, y os lo recomiendo muy en serio, a ver si otra vez os venís, que viene de perlas un alivio en medio de febrero. Creo que tiene que ser, digo yo, como ir de blusas, pero encima cantando contra el Mandril y volviendo a casa con 8000 fotos y una bufanda del Granka (naria). ¡Con lo sano que es el básket!